En que iba… a cierto lo fui a ver un día sábado por la mañana porque no trabajaba, y mire el lugar, un sitio bastante espacioso, en una ubicación excelente no podía ser menos, el tipo trabaja vendiendo computadoras o sea que plata tiene.
Me
comentó las ideas que tenía para el lugar. Nada emocionantes. Madera y
cuero...
Mire los alrededores y me pareció bien, la
zona da como para eso, el edificio parece un palacio. Aunque algo estructurado, pero si él quería
eso, que le puedes hacer. El cliente siempre tiene la razón pero no el buen gusto.
Mientras él me llevaba de recorrido por el
piso yo lo miraba, cuando lo vi la primera vez me pareció un insufrible,
pedante, ricachón, pero luego de conocerlo un poco más cambie de opinión era un
pedante y ricachón.
Tenía unos cuadros antiguos de gente que
aparece en los museos y quería a toda costa ponerlos en el lugar ( según
él eran familiares) yo me devanaba los
sesos pensando ¿Parece Museo? La verdad es que no tiene mucho gusto en la
decoración, (eso no lo pongas en el reportaje) bue nos pudimos por fin poner de
acuerdo y decidimos ¿Qué quedaría bien?, ¿Qué es lo que quería él y qué haría
yo?
El punto es que cuando menos me di cuenta, algo me hizo click en el interior, sé que es
guapo, medio mundo lo dice, pero había algo en él que me hizo preguntar ¿Qué
honda?
Él me contó luego, que fue esa charla en la que terminó de enamorarse de mí, ya se
había medio enganchado cuando me vio la primera vez y que ese día fue el que
termino de cerrarle todo (por supuesto como buen ejemplar de masculinidad no
me lo dijo, es más me pareció a mí que solo estaba interesado en que no pusiera
las paredes de color rosa, me repetía constantemente que no le gustaba el color
rosa, ni el fucsia y que no lo usara en nada que fuera a decorar el piso. ¿Cómo
si yo usara esos colores?)
Estuvimos juntos casi dos horas, mirando
colores, muebles y catálogos de alfombra, cuando por lo general tardo media
hora; la verdad que solo hablamos 15
minutos de decoración el resto del tiempo él me pregunto cosas sobre mí y yo
por supuesto cosas sobre él.
Quedamos en vernos el fin de semana
siguiente, iríamos a cenar a un lugar que él conocía.
No sabes los nervios que tenía esa noche,
estuve desde temprano preparándome para esa cita, fui a ver a mi amiga que es estilista,
ella me puso de tapa de revista (lo bueno de vivir con una diseñadora de modas
es que siempre tiene algo bonito para ponerte).
Y
esa noche me presto su mejor vestido, como no sabía si el lugar era formal o
no, él quiso darme una sorpresa, (¿Pero que piensan los hombres al no decirte a
donde te van a llevar?, si te vistes de seda y te llevan a comer pizza, quedas
ridícula, y si te vistes de jeans para ir a comer ostras en el restaurante mas
caro de la ciudad, quedas como una desubicada).
Me veía fantástica con un vestido de coctel
color ciruela nada muy escotado (porque como te darás cuenta no necesito
siliconas y no es cosa de andar mostrando toda la carne la primera cita), la
falda era amplia y se movía cada vez que yo caminaba...es un sueño, (Podría hablar
con Karem para que te haga una muestra de su trabajo, sería una buena idea si
le hicieras una entrevista a ella también, pero que no se entere que te lo dije
porque es muy tímida).
Lo que me olvide de contarte es que esa
semana hice limpieza en mi placard y había sacado toda la ropa que no me ponía
desde hace mucho.
Karem
me obligo a hacerlo, es mas se metió en mi cajón de ropa interior y metió en
una bolsa un montón de prendas que según ella no servían (jamás le he dado
mucha importancia a la ropa interior, bueno ahora si porque tengo a quien
mostrársela, pero antes ni siquiera se me ocurría en tirar una braguita porque
el elástico estuviera roto, tenía toda la intensión de botarla pero siempre lo
olvido)
Mientras me miraba al espejo, Cascada (que
venía el fin de semana a quedarse conmigo, porque no aguanta a mis padres los
fines de semana) me pregunto que tan lejos quería llegar esa noche con Luis, no
le entendí hasta que me di cuenta que estaba tan producida que parecía que
quería una noche de pasión y no era mi intensión. Te lo juro.
Fue ahí que
me di cuenta, debía hacer algo, (no es que sea una reprimida pero en
cuanto a lo de acostarse en la primera cita no queda bien,) ya no tenía tiempo para cambiar el vestido y
Karem me hubiera matado si lo sugería, así que tome una decisión, ¿para qué lo
habré hecho? Tome de la bolsa para la basura una braguita verde loro que había
tenido mejores días y me la puse. Ese seria mi cinturón de castidad, era
horrible no sé que pensaba el día que la compre (no solo el color era feo
además tenia un estampado de color verde flúor con periquitos) fue lo único que
se me ocurrió.
El auto me esperaba en la puerta así que
salí rápido, porque Luis me esperaba en el lugar, él había enviado al chofer
para que me llevara, iba emocionada, al
llegar al lugar me felicite por mi atuendo (porque era uno de esos lugares
caros donde van los famosos).
Para estar a tono me puse a caminar como
modelo de pasarela, vi a Luis a la mitad del salón que se puso de pie para
recibirme, me sonrió y le sonreí.
Cuando faltaban menos de 5 metros para
llegar a donde él estaba y en medio del salón repleto de gente que también nos
miraba.
¡Que espectáculo!
De pronto
sentí algo que me recorría la espalda, los nervios, pensé, y luego el
estremecimiento me paso por el cuerpo, sentía que algo me corría por las
caderas, y me dije, cálmate chica ni que nunca hubieras visto a un hombre
guapo, allí fue cuando algo me vino a la memoria.
¡Los
periquitos!, lo que sentía que corría por mi cuerpo no eran los nervios, eran
las bragas que se deslizaban a medida que caminaba y ya me llegaban a las
rodillas,
¿Qué podía hacer?
Tenía dos opciones:
Una
pararme y subírmelas, hubiera sido muy desubicado, porque no llegaba al baño para arreglarlo.
O lo que hice,
seguí caminando como una reina y cuando llegaron al piso las patee bajo una
mesa, puse mi mejor cara de póker esperando que nadie lo notara, pero… Luis las
vio y también los que ocupaban las mesas a nuestro alrededor.
Nadie dijo nada.
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