sábado, 27 de septiembre de 2014

DECIR ADIOS

Muchas veces las personas verborragicas o como yo les llamo habladoras compulsivas, son las que  tienen más problemas de comunicación.
En mi caso particular yo siempre he creído que soy una buena cuentista, obvio, pero según mi hermano cuyo comentario de la final del mundial fue  un pff, yo hablo demasiado.
No es que me importe mucho su opinión.
Hoy el calendario me llevó a recordar un momento de esos bien jugados en el que las palabras muchas o pocas desencadenaban en el mismo final.
Las relaciones amorosas no siempre terminan en el felices por siempre, y hay que saber aprender a superarlas y tomar lo que aprendiste de ellas, como eso, una enseñanza de vida.
En particular la que hoy me revolvía la mente mil veces, es de esas historias que llevadas al cine serían una película romántica. 
Un día, allá por mis dieciocho, comencé la facultad llena de ilusiones y sueños como todos, la primer jornada de clases coincidí en la multitud con un joven de unos veinte más o menos, por diversas situaciones, que son muy largas de contar, quedamos junto a otros tres como parte del equipo de trabajo N° 8 de la materiIntroducción a la Historia de las Sociedades.
Su nombre Rolando, no es nombre de galán de novela ni de película de Hollywood, pero para mí era Mel Gibson, Brad Pitt y Channing Tatum.
Durante tres años nuestra relación creció de un compañerismo a amistad, de amistad a romance, y de romance a amor.
Marco la diferencia porque es importante.
A medida que crecía nuestro amor, nuestros planes y sueños crecían a la par.
Al terminar el tercer año y preparándonos para el cuarto, su padre un hombre mayor, sufrió una descompensación y él viajo a verlo a su ciudad de origen.
Un beso en la estación de buses y la promesa de volver fue lo último que compartimos
Todos reconocemos que en los últimos diez años las telecomunicaciones han crecido en gran manera, pero quince años atrás era un poco más complicado, en donde ellos vivían no había un teléfono cerca y los celulares eran un lujo que él no se podía dar.
Si bien nos enviábamos cartas semanales, ahora que lo releo suena viejísimo, su padre no mejoro y él debió posponer sus estudios.
Pasó un año y las cartas pasaron de semanales a  mensuales a bimestrales y por último dejaron de llegar.
El dolor a diferencia de las cartas aumento, no quería reconocer que ese amor eterno se había diluido por los kilómetros que nos separaban, soñaba en subirme a mi auto y viajar esas 32 horas que nos separaban y llegar frente a él para recordarle esas palabras, esas caricias y esos besos que nos dimos durante tres años.
Mis amigas, como otras tantas, sabias consejeras, me dijeron que lo olvidara, que él no me merecía, que ni una sola de mis lágrimas debía salir de mis ojos por su causa.
¿No se les hace caso, verdad? 
A pesar de sus palabras muchas, muchas lágrimas llenaron mi almohada.
El tiempo que hace que todo se olvide, no sirvió en este caso, solo aprendí a continuar con mi vida.
Me lo imaginé en otros brazos, en otras bocas, como castigo por mi cobardía, el no haber ido hasta allí y decirle mil cosas en la cara.
Me imaginaba entrar a un salón lleno de gente vestida como una top model,  él estaría  allí  y al verme se daría  de golpes en la cabeza por haberme dejado, y yo, cuando él se acercaba a pedirme perdón por el abandono lo miraría y diría, No te recuerdo, ¿Quién eres?
Imagine, imagine....
Esa es una de mis virtudes, ya se habrán dado cuenta, la imaginación.
La noche de 26 de septiembre del mismo año que viajó a ver a su padre, se subió al auto para ir al médico, ya que llevaba dos días con muchos dolores y temieron una apendicitis, llovía a raudales y eso provocó que la calzada se convirtiera en lodo y las ruedas perdieran adherencia, suena tan técnico, derrapó y se salió del camino, no murió por el accidente sino de peritonitis. 
Su familia entre el dolor y la angustia de perderle de esa manera y sumado a que al poco tiempo falleció su padre, no recordaron el avisarme, él les había hablado de mí, ellos sabían de nuestra relación, nuestras fotos decoraban su habitación.
Los ojos de su madre se llenaron de lágrimas al conocerme, dos años después, había tardado ese tiempo en tomar fuerzas para viajar, y verme.
Con ella traía un manojo de cartas, las que él escribía y no envió, ya que la situación le impedía ir al pueblo vecino donde estaba el correo.
Como dije parece el guion de una película, en este caso todo parecido a la realidad no es coincidencia.
La vida sigue, pasaron diecisiete años y he vivido muchas cosas buenas y feas, de todas ellas aprendí.
Hace unos días pude viajar a Ushuaia y visitar el lugar donde Rolando descansa.
Es increíble el lugar, una paz absoluta rodea toda esa zona, llamada el fin del mundo.
Parada frente a su lapida, luego de haber compartido con su familia, con la que continúe en contacto estos años, pude decirle Adiós.
Sin lágrimas en los ojos y con una sonrisa.

lunes, 22 de septiembre de 2014

CASI PERFECTO

Ok, hemos hablado mucho del romance, o casi.
Guardando cama por un resfriado rebelde, me auto recete , altas dosis de romance a la vena, por lo menos cinco veces al día, solo así soporto estar  en cama... sola.
Y en mis archivos melódicos surgió, cual ave fénix, un tema que aunado a la fiebre se convirtió en una interesante psico-videoclip.
El tema es Casi perfecto de Ana Cirre, alguno de ustedes seguro se acordara, sino, les adjunto el vídeo, comparto mis adicciones.
Y me puse en la piel de la protagonista.
Seamos sinceros, la primera vez  que la oí, llegue a la conclusión de que el tipo era gay, o que otra cosa impedía a ese dechado de virtudes llevar a delante una relación con esa mujer que lo describía con tanto amor.
Si confiamos en las estadísticas, las cuales dicen que hay cuatro mujeres por cada hombre, lo que significa que en algún momento de la vida te lo tienes que  encontrar o como decía mi amiga, el hombre que me tocaba en el reparto, o se casó, o es sacerdote o gay.
Jeje, pues sí.
Casi inconscientemente y como un acto reflejo viene a mi mente el recuerdo de "mi casi perfecto".
Yo transitaba, alocadamente, por los diecisiete años, y él entró en mi vida el primer día de clases, era mi profesor de contabilidad, un metro setenta, delgado con un bigotillo que , apesar de no gustarme los mostachos masculinos, hacia suspirar mi hormonal y alborotado corazón.
Usaba trajes cruzados, ahhhh, y cada vez que entraba en la clase se apoyaba contra el escritorio, a diferencia de los otros profesores, que se sentaban cual juez, tras su estrado.
Cuando hacíamos las cosas bien, nos regalaba bombones, cuando no, nos miraba y sonreía ladeado, ahhhhh, luego con su voz de locutor nos decía, vamos muchachos seamos caballeros que hay damas presentes. 
Las damas eramos las cuatro mujeres que junto a los veinte varones conformábamos 4°3° del ILSM.
No recuerdo mucho hoy sobre Activos y Pasivos, o de Patrimonio Neto o Acreedores, ni de lo que el programa de Contabilidad de ese año pedía. Pero nunca se me borrara el día en que estando en clases entro la secretaría del Colegio, las señales estaban allí, y develo uno de los misterios que por ese entonces atormentaba nuestra  mente, no había que ser Sherlock Holmes para descubrirlas.
Primer pista: Entró sin golpear.
Segunda pista: Había un rictus en su cara, similar al de Linda Blair.
Tercer pista: Le dio una cachetada que convirtió su cabeza en puerta giratoria. 
Cuarta pista: Grito "Hijo de P..., tu esposa te busca por teléfono".
Si tuvimos alguna duda alguna vez sobre esos rumores que circulaban sobre ellos,  fue la mejor confirmación que vi jamás.
Solo diré que luego de esto la secretaría pidió el cambio de turno, y el profesor de allí en adelante, permaneció sentado en el escritorio con la cara detrás del libro de Contabilidad.
Ni que decir que  no hubieron mas bombones en clase.
Es hora de mi medicina, se las sigo otro día.



ERES CASI EL HOMBRE PERFECTO 
EL QUE YO IMAGINÉ EN MIS SUEÑOS 
DE LOS QUE RARA VEZ SE PUEDEN VER 
DEBISTE NACER EN AÑO BISIESTO. 

TÚ SERÍAS UN HOMBRE PERFECTO 
PERO SÓLO TIENES UN DEFECTO QUE NO ERES... SOLTERO.




martes, 9 de septiembre de 2014

EL HIMNO AL AMOR

Edith Piaf
(Edith Giovanna Gassion; París, 1915 - Provenza, 1963) Cantante y letrista francesa. Su vida estuvo marcada por la desdicha desde su más tierna infancia, lo que ejerció una influencia decisiva sobre su estilo interpretativo, lírico y desgarrado al mismo tiempo. Su aspecto desvalido le valió el nombre por el que es universalmente conocida: Piaf («gorrión»).
Su padre, Louis Alphonse Gassion (nacido en Castillon en la región de Calvados en Normandía en 1881), era acróbata, y para celebrar su nacimiento se emborrachó y dejó a su madre, que era cantante ambulante, Annetta Maillard (1895-1945), de origen ítalo-bereber. Sin apoyo, tuvo que afrontar el parto sola. Salió a la calle por sus propios medios, pero no consiguió llegar al hospital y Edith nació en plena calle debajo de una farola frente al número 72 de la calle de Belleville en París.Annetta, al ser demasiado pobre como para criar a la pequeña Edith, la confía a su madre, Emma (Aïcha) Saïd Ben Mohammed (1876-1930) de origen marroquí, quien en vez de darle leche con biberón, la alimentaba con vino, con la excusa de que así se eliminaban los microbios. Después la entrega a su padre, quien está a punto de ir al frente en laPrimera Guerra Mundial, lo que lo lleva a dejar a la niña con su madre (abuela paterna de Édith), dueña de una casa de prostitución en BernayNormandía, donde la niña es criada por las prostitutas de la casa.
Dada la precaria situación económica de la familia, Edith tenía que ganarse unas monedas cantando en calles y cafés de París.
La situación empeoró cuando Edith, con 16 años, se quedó embarazada. En 1932 tuvo una hija a la que llamó Marcelle, pero murió a los dos años. La vida de la cantante quedó marcada por esta tragedia. Siguió cantando en cafés y clubes de la calle Pigalle, en el mundo que rodeaba a los barrios menos recomendables del París de la época.

Su vida cambió cuando, cantando en la calle, un transeúnte muy elegante se paró a escucharla. Ese hombre resultó ser Louis Leplée, propietario del cabaret Gerny's, uno de los más conocidos de París. Tras una pequeña prueba, Edith fue contratada de inmediato. Su éxito no tardó en llegar y fue conocida como "Môme Piaf" ("pequeño gorrión"). El propio Leplée instruyó a Edith para convertirla en una gran figura del cabaret. Era 1937, y había nacido una nueva estrella: Edith Piaf.
Sin embargo, la vida volvió a castigar a la joven Piaf, ya que Leplée fue encontrado muerto de un disparo en el club que regentaba; la cantante fue sospechosa del asesinato. La prensa la acusó y la sociedad elitista parisina le volvió la espalda. Volvió a mezclarse con lo peor de los barrios bajos de París, cantando en tugurios y llevando una vida desordenada.
Su consagración llegó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en la musa de poetas e intelectuales del París existencialista y se ganó la admiración incondicional del público. Un letrista conocido como Raymond Asso, que era su amante, la ayudó a sobreponerse. Edith Piaf remontó el vuelo y volvió a los grandes escenarios de Francia, de Europa y de América. Se hizo amiga de la actriz Marlene Dietrich y se convirtió en la gran dama de la canción francesa, ayudando a talentos emergentes como Charles Aznavour, Georges Moustaki, Yves Montand o Gilbert Bécaud, y relacionándose con intelectuales como Jean Cocteau.
En 1946 viajó a Nueva York y conoció al amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan, quien murió en 1949 al estrellarse el avión en que viajaba. Esto hundió nuevamente a Edith en una profunda depresión, que superó a base de alcohol y tranquilizantes. Fue a la vez la época de sus grandes éxitos: La vie en rose o Les trois cloches.
En 1950 colaboró con Charles Aznavour en canciones como Jezébel; fue el año además en que triunfó en el Olympia, mientras que en 1956 lo haría en el Carnegie Hall de Nueva York. Tras un accidente, Edith quedó maltrecha y se hizo adicta a la morfina. Una larga lista de enfermedades le fueron diagnosticadas, y en 1959 se le descubrió un cáncer.
Sus últimos años vivió alejada de los escenarios junto a su nuevo marido, el griego Theo Lambukas. En junio de 1961 fue premiada por la Academia Charles Cros por toda su carrera artística. Murió en Provenza el 11 de octubre de 1963. En su entierro, el cortejo fúnebre fue seguido por una multitud de 40.000 personas.
Entre las muchas canciones que popularizó cabe destacar Mon légionnaireJe ne regrette rienLa vie en roseLes amants de ParisHymne a l’amourMon dieuMilord. También actuó en películas (French-can can,Étoile sans lumièreParis, chante toujours) y tuvo otros romances con cantantes del relieve de Charles Aznavour, Georges Moustaki o Yves Montand. En los últimos años de su vida escribió una autobiografía con el título de Au bal du chance.

sábado, 6 de septiembre de 2014

LA MUJER DE MIS SUEÑOS Parte 5

Las salidas se hicieron más regulares, hasta incluyeron a Dani quien al principio se mostró reservada pero al poco tiempo se hizo amiga de Alicia.
Todos sonreían tranquilos, ya que temían que pusiera algún reparo a ver a su papá con una mujer. Un día en que habían salido las dos solas, estaban en la heladería y quien les servía el pedido le pregunto a Alicia.
 -¿De qué sabor quiere su hija?Dani la miró y respondió sin decir más, Alicia  de reojo miro a la niña, esta sonreía.Luego en la mesa, ella le hablo con toda su inocencia y le dijo:
 -Alicia, ese hombre cree que eres mi mamá.Luego se puso seria y estuvo pensando mientras se comía su helado.
-A ti te molestaría  si yo te dijera mamá cuando te cases con mi papá. No supo que contestar. Si bien ellos salían juntos, en ningún momento hablaron de casamiento. Miro a la pequeña un momento antes de responderle ya que no quería herirla.
 -A ninguna mujer le molestaría que la llames mamá.La niña estaba feliz.
Cuando le tocó llevarla de regreso con Gustavo, la niña se despidió con un abrazo y un beso antes de ir a hacer las tareas del colegio.Él la miró, desde que Alicia entró algo no iba bien, estaba muy callada.
-Dani se comportó en el paseo o te hizo algún berrinche.
-Ella es una excelente niña, es adorable. Debo irme a casa. Nos veremos luego.Él la tomó del brazo cuando ella se volvía para subir a su auto
-¿Qué sucede? ¿Porque estas molesta?
Alicia respiro profundamente antes de responder.
-Creo que no debemos vernos tan seguido, Daniela está ilusionada con que tú y yo nos vamos a casar, y no quiero que salga lastimada, con todo esto.
Gustavo sabía que las cosas habían ido demasiado aprisa, a pesar de que hablaban por largas horas, aun había algo en el corazón de Alicia que mantenía encerrado.
- Ven, vamos a por un  café, mis hermanas están en casa y ellas cuidaran a Dani. 
Tan pronto como se sentaron, en ese mismo lugar donde se conocieron la primera vez, una sensación de calidez los embargo, era su lugar, su espacio y eso los tranquilizaba.
-Es natural que Daniela se confunda, ya hemos salido juntos demasiadas veces
Comenzó a decir ella  rápidamente, queriendo terminar con el asunto pronto y sin dolor. Para ella.
-Mira  Dani no se confunde, creí que estaban en claro mis motivos para salir y compartir mi hija contigo. Veo a la mujer maravillosa que eres, y eres muy buena influencia para ella.
No quería presionarla diciéndole cuanto la amaba, porque él mismo sentía que sonaba bizarra toda la situación, ya que no quería mencionar lo del sueño
-Dime una cosa Gustavo, que crees que sucede entre los dos. Crees por si acaso que luego de un par de salidas juntos me volveré loca de amor y nos casaremos y comeremos perdices, eso solo existe en las novelas rosas y créeme esto no es un cuento de hadas. Yo viví una situación  similar, hace unos años, creí que me había enamorado del príncipe azul -Había dolor y angustia en sus ojos al hablar.
-¿Y qué pasó con él?
 -El príncipe azul, desteñía, nada era lo que parecía, solo fui un pasatiempo, aprendí la lección no caeré nuevamente en la trampa.
-Crees que solamente eres un pasatiempo para mí. ¿Tan poco me conoces?
-Ese es el problema entre los dos, no nos conocemos, un par de salidas y un café no hacen una relación.
-Dame tu mano.
Tan pronto la tomó, la llevo a su cara.
-Está cara es la única que veras de mí, no hay otra, con mis fallas y mis aciertos. En mis ojos siempre veras sinceridad, de mi boca solo encontraras la verdad aunque sea  dolorosa. Mi espalda es fuerte, puedo soportar el peso. Pasa fuerte los dedos por mi piel, yo no destiño, quizás puedo llegar a oler mal si no me baño, pero eso es otra cosa.
Ella río al oír la última frase.
-No te importa... mi pasado, hay cosas que nunca te he contado pero...
-Como alguien sabio dijo alguna vez "Todos tenemos una historia detrás nuestro, nadie que se precie de decir que vive, está exento de sufrir, pero lo bueno es que podemos levantarnos de nuestras caídas y seguir adelante.Ella sonrió.
-Solo te pido déjate llevar.Y eso hizo.

Días después él la paso a buscar para ir a una representación en la escuela de Daniela.
-Le arreglaron el vestido, le quedaba un poco grande.
-Mi hermana se encargó de eso.
-La verdad es que tus hermanas han hecho una maravilla cuidándola.
-Si supongo que la van a extrañar cuando no la tengan cerca.
Ella lo miro intrigada.
-¿A dónde va a ir?
-Cuando nos casemos, Dani ya hizo los planes, dijo que debíamos irnos a otra casa, una grande  con muchas habitaciones para los tres, pero que debía de  tener por lo menos dos  más para los bebés. Ella puede compartir su habitación con otra nena pero no con un varón.Al no recibir respuesta de su compañera la miro, estaba en silencio miraba al frente, sus ojos estaban llenos de lágrimas.
-¿Qué te sucede?
-Se va a llevar una decepción.
-¿Por qué?
-Nunca hemos hablado de casarnos.
Se quedó en silencio, había dado por sentado que ella sabía que quería casarse, su primer pensamiento fue que tal vez se equivocó y no era amor lo que sentía por él, luego entendió, que tonto nunca le dijo que quería casarse con ella, tampoco le dijo que la amaba.
-Claudia te contó alguna vez porqué te quise conocer.
-No recuerdo, creo que fue porque habías soñado que charlabas conmigo.
-Sí, soñé contigo, pero no charlábamos.Dirigió el auto hasta un costado de la calle, apago el motor y la miro.
-Seré tonto, en todo este tiempo nunca te lo dije, porque... me daba un poco de vergüenza, no el sueño sino por no saber  como contártelo. No charlábamos en mi sueño estábamos en la cama
Miro su rostro la sorpresa, y con placer la vio ruborizarse.
-Te veías tan bella completamente desnuda sobre mi pecho, que cuando te encontré, olvide que ese sueño era mío, que tú no conocías los detalles. Acerco su boca a sus labios y la beso.Luego la miro.
-Ves, tus labios no son extraños para mí, no es  como si fuera la primera vez, sino como si lleváramos años besándonos, por supuesto que nos vamos a casar, nunca lo dude y me olvide del pequeño detalle de infórmate. Pero es porque ya sé tu respuesta. Había tanta seguridad en su voz que pensó ¿Quién era ella para contrariarle?

 Estaba acostado cansado, aún con los ojos cerrados podía sentir el peso de una cabeza sobre su pecho, el perfume de sus cabellos era a hierbas y entraba como un estimulante por su nariz llenando sus pulmones de aire fresco.Toda ella lo estimulaba, miro la mano, en la cual brillaba un anillo dorado, que  acariciaba su pecho y lo hacía sentir vivo, los dedos se deslizaban pícaros por su torso, más abajo y más. Él abrió los ojos y la miró sonriendo, ella respondió a esa sonrisa y levantó la cabeza desde su almohada para acercar los labios a su boca. Sabían a miel, se sentía intoxicado por la emoción. De pronto ella se sentó en la cama sin importarle su desnudez, apoyo ambos brazos a un costado de sus hombros y así lo miro divertida, sus pechos llenos rozaban su torso y reía; se acercó hasta él, podía incluso ver sus ojos como se dilataban por la pasión, una pasión que él generaba. Y eso lo excitaba.
-Alicia- dijo en un susurro, antes de tomar su cabeza con una mano y enterrarse en sus labios mientras que con la otra acariciaba ese cuerpo tan familiar.Ella separo su boca de sus labios y lo miro sonriente.
-Se parece a tu sueño.
-No, es mil veces mejor.  

FIN

martes, 2 de septiembre de 2014

LA MUJER DE MIS SUEÑOS. Parte 4

Él estaba nervioso se habían citado en un café para charlar cara a cara por primera vez. Daniela se había reído al verlo probarse tantas camisas, quería lucir bien, quería que ese encuentro fuera  inolvidable.
¿Cómo vestiría ella? A medida que habían pasado los días el recuerdo de su sueño lo hacía temblar, amaba cada parte su cuerpo, aquellas zonas que recordaba haber besado con pasión, más que una primera cita era el reencontrarse con alguien que conocía muy íntimamente.
Y eso que nunca se habían visto.
La vio llegar. 
Ella lo busco con la mirada y lo encontró, al verlo sonrió y se dirigió hasta donde la esperaba nervioso.
Durante todo el tiempo ella  solo pensó en algo,   sentía desde que supo de él, que lo conocía desde siempre.
La charla aunque en principio fue tirante, al poco tiempo fue llevando a más y más a conocerse.
La risa de ella lo embriagaba, el recordar su sueño lo hacía imaginar muchas más cosas y lo movilizaba el pensar remotamente que ella pudiera cumplir su sueño.
-¿Qué te .sucede que  te quedaste callado?
-Pensaba… en que parece que nos conocemos desde hace muchos años, cualquiera que nos ve podría imaginarse que tenemos una historia desde hace años.
Pudo sentir el momento exacto en que ella se cerró, podía leer su rostro a pesar de que ella ni se inmuto...
-No quise decirlo de esa manera, yo solo…
Ella bajo la mirada hacia la servilleta y por un momento analizo la situación, respiro profundamente antes de hablar.
-Cuéntame de tu hija, háblame de Daniela
Se sintió acorralado, no era que no quisiera charlar de su hija ni intento en ningún momento  esconderla,  sólo que era muy difícil para él charlar sobre ese tema, pero entendía desde el punto de vista que ella se interesaba, el gran tema no era sobre la pequeña , sino sobre la madre. Si era la mujer de  sus sueños lo entendería, si no cortaría toda relación con ella… hubiera preferido tener más tiempo.
-Daniela es mi hija, tiene seis años.
Su voz casi era un murmullo. Ella podía escuchar su respiración y sabía que era algo que le dolía, no quería herirlo pero necesitaba saber.
-Hace unos años conocí a una mujer… se llamaba Ana, durante un par de meses salimos como amigos, fuimos una noche a una fiesta y aunque jamás bebo porque con medio vaso de cerveza me duermo -sonrió-, esa noche al parecer lo hice más de la cuenta, desperté al otro día en una cama con  ella, me aseguro que nunca había estado con otro que era su primer hombre… yo le creí porque no tenía por qué dudarlo.
 El asunto fue  que no era verdad, más tarde me entere que esa noche en la que según ella había pasado de todo, realmente no pasó nada, me sentía responsable por ella la  veía sola, vulnerable, y le creí. Con el tiempo prácticamente vivíamos juntos o en su casa o en la mía, eso le molestaba a mis hermanas, ellas la veían como era en verdad   pero yo no veía más allá de lo que ella quería que viera, no está bien que le eche toda la culpa, yo tendría que haberlo previsto, un día mi hermana me dijo que mientras yo estaba trabajando ella se veía con uno de los obreros, no le creí.
 Hasta que  me aparecí en su casa, te diré que lo que vi no me dejo dudas, que no solo yo no fui el primer hombre con quien estuvo sino que además habían muchos otros, corte toda relación con ella me negué a oírla, me sentía traicionado y podría haberla matado si la veía nuevamente . Un día se apareció en casa cuando no estaba, hablo con mis hermanas y ellas sin decirme nada provocaron el encuentro, ella tenía por lo menos seis meses  de embarazo, me dijo que ese bebé era mío, yo que le iba a creer- había un dejo de  amargura en su voz-, la quise echar pero mis hermanas me pidieron que la escuchara, me contó su historia, una muy triste, ella estaba ahí no para pedir volver, ni que la perdonara,  al parecer no quería al bebé y me pedía que lo tuviera yo. Al principio me reí ¿cómo creerle si yo la había visto con mis propios ojos?
 Una vez más mis hermanas abogaron por ella, por la criatura que no tenía culpa, ella me daba la opción de que me quedara yo con mi hijo, antes de entregarlo en adopción, ella no podía ni quería cuidar ese niño.
Lo pensé y la lleve al médico, le hicieron estudios, en definitiva ese bebé era mío, me encargue de sus cuidados, pero no volví a verla con los mismos ojos.
Cuando dio a luz me mando un mensajito de texto para avisarme que la bebé estaba en el hospital y que la fuera a buscar, nunca la miro ni siquiera cuando la asistente social la hizo firmar los papeles en donde me cedía la custodia total y la patria potestad sobre la niña, ella dio vuelta la cara y no la quiso ver,  ni una vez.
Fue difícil al principio cuidar un bebé, pero mis hermanas me ayudaron, cuando Dani tenía como tres años se me ocurrió salir con una mujer, pensé que podía darme otra oportunidad, todo iba bien hasta que supo de Daniela y ya no quiso saber más nada de seguir saliendo. Quizás por eso no la mencione antes, pero ella y yo somos un paquete.
Respiro profundamente, durante todo ese tiempo la había mirado fijamente a la cara, y no había cambiado, pero en esa última frase bajo los ojos, no quería ver su asco, esa mujer, la que soñó lo habría entendido, pero ésta era de carne y hueso, no podía mirarla.
-Me imagino que debe haber sido difícil para ti todo eso, pero yo me refería a que me contarás de tu hija, ¿Cómo es ella?
Al oírla sus ojos buscaron en su rostro una señal un indicio, no había asco ni nada por el estilo solo había una sonrisa, una sonrisa que le decía que lo entendía, que lo aceptaba.
-Todos tenemos una historia detrás nuestro, nadie que se precie de decir que vive, está exento de sufrir, pero lo bueno es que podemos levantarnos de nuestras caídas y seguir adelante.
Sonrío y comprendió que fácil era amarla, ella era real.
La conversación continuó, durante horas. 

lunes, 1 de septiembre de 2014

LA MUJER DE MIS SUEÑOS -Parte 3

No sabía que hacer después de todo lo que le costó conseguir el mail de ella, ahora que, podía contactarla no le salía las palabras.
Cómo iniciar esa charla, que decir, ¿Le debía hablar del sueño? No definitivamente, no podía, si le contaba, algo en su interior le decía que nunca más sabría de ella.
Que nervios, tecleo la dirección y espero a que ella aceptara charlar con él.
A los pocos segundos vio el cartel, había sido aceptado como contacto.
Ella estaba en línea.
-Hola soy Gustavo amigo de Claudia quería conocerte
-Si ella me hablo de ti y me dijo que querías conocerme.
-Sera loco pero te vi y sentí que te conocía desde hace mucho
-Ella me dijo que soñaste conmigo- ¿Qué podía responder?-¿y qué soñaste?
No podía decirle la verdad porque inmediatamente le cortaría
-Ahh que bueno y ¿de qué?
-de cosas,... no lo recuerdo
Mentiroso desde que supo que ella existía no dejaba de soñarla y que sueños cada vez eran más reales, al punto que no quería conocerla porque tenía miedo de saltar sobre ella apenas la viera.
-Ahh y ¿cómo sabes que era yo?
-es que te veía a la cara y además te llamaba Alicia.
-Ahh.
-Por eso cuando Clau me contó que esa que salía en la foto era una mujer llamada Alicia, la volví loca por saber más de ti y poder ponernos en contacto.
-Ahh
-Sé que parece loco pero necesitaba contactarte, lo más probable es que no seas como soñé,  sino que todo es una ilusión, pero necesitaba saber que existías.
-Ok
Ella no lo ayudaba para nada,  no sabía que decir.
-¿Qué haces para ganarte la vida?
Por fin cambiaba de tema eso podía contestarlo
-Tengo una empresa de construcción estamos trabajando en el edificio del Hotel Se… que se inaugurara dentro de poco.
-Ahh que bueno y es muy complicado eso de construir
-No lo es para mí pero te lleva mucho tiempo y tú que haces.
-Soy profesora de Historia
-¿De historia?
-Sí, no me digas que no te gusta
-No era mi materia preferida, es mas no recuerdo nada de lo que aprendí
-Mmmmmm seguramente tus profesores se alegraran de eso
-Aunque si te hubiera tenido de profesora algo seguro recordaría
-Pero de que serviría, serias un alumno y seguramente me verías solo como tu profesora
-Tienes razón,  está bien que no haya sido tu alumno.
-jajaj
-Sería muy raro que me gustara mi profesora, además no me mirarías.
-Por supuesto que no, ahora lo siento pero debo irme. Hasta luego.
Corto.
Que estúpido se podría haber pateado por lo que dijo.
La próxima vez tendría más cuidado. Siempre y cuando hubiera una próxima vez.

Los días pasaron y recibió el llamado de su amiga.
-¿Alicia que sucedió con Gustavo?
-Nada ¿Por qué?
-Es que me dijo que habían estado conversando y que no lo habías vuelto a contactar
-Claudia estoy ocupada, sabes que  es época de pruebas, tengo mis alumnos querías que hablara con él,  lo hice ¿Ahora que más quieres?
-No te enojes, pero él se siente culpable por que tú no le contestas, yo no debería decírtelo pero está muy ilusionado contigo, él tuvo una mala experiencia hace años y estuvo mucho tiempo encerrado en sí mismo, solo trabaja y cuida a Daniela.
-¿Daniela?
-¿No te hablo de ella?
-No, ¿no sé quién es?
Su amiga titubeo antes de decirle.
-Su hija
¡¡¡Hija!!! ¿En qué se había metido? No podía ser, si tenía una hija seguramente había una esposa, ¿Qué clase de tipo era?
-No te equivoques él no es casado, es una larga historia, su novia quedo embarazada y apenas nació la nena la abandono y se fue nunca más supo de ella
-No sé para qué me dices  todo eso, que esperas que haga
-Nada pero quiero que entiendas que para él es difícil
-Para mí también lo es, no te puedo prometer nada pero...
-Solo quiero que lo escuches
-Ok,  lo llamaré
Se dirigió la computadora y tecleo rápidamente, él estaba en línea,  esperándola.
Eso la golpeo profundamente  desde hacía unos días que no quería entrar en el chat,  para no encontrarlo.
-Hola
-Hola Alicia que bueno que te encuentro
-¿Qué cuentas?
-Acá estaba esperando que pudieras conectarte
-¿Estás en tu trabajo?
-Estoy trabajando desde mi casa, hoy no pude ir a la obra.
Quería contarle que Dani estaba en cama con un poco de fiebre, que se había asustado cuando la vio enferma y que si bien el doctor  lo tranquilizo  diciéndole  que era normal a su edad que se enfermara, él sentía que su hija era la única que había tenido un resfrío en el mundo y no sabía qué hacer, quería compartirlo con ella, quería que le dijera que todo estaría bien. En ella esas palabras le traerían confianza, le traerían paz. Pero no lo hizo por alguna razón temía que al saber de su Dani ella lo rechazara.
- ¿Y eso?
-No siempre tengo que ir a la obra para trabajar
-Qué bueno, yo recién termine de dar  una clase y llegue muerta, quiero ver si voy a un gimnasio o algo por el estilo me gustaría aprender a bailar tango
-¿Y porque no lo haces?
-Por los horarios, doy clases en la noche y a veces llego muy cansada.
La charla que al principio fue un poco forzada se deslizo tranquilamente, conversaron de todo y de nada,  rieron un rato hasta que ella decidió que era mucho tiempo el que llevaban conectados y decidió cortar, le molesto que no mencionara a su hija.
Si era una amistad sería, él no tenía por qué esconder a su niña. Las viejas barreras se levantaron y salieron a relucir.
Él quedo frente a la pantalla en blanco y se sintió feliz, ella había abierto la puerta de su vida y le había mostrado que había una posibilidad de entrar.
La situación se repitió en diferentes ocasiones horarios y días, a veces duraban más, otros menos, dependiendo  del humor de ella.
Así pasaron dos meses y tras mucho insistir por parte de él acepto el conocerse en persona.
Ella estaba histérica, él la conocía por fotos y sabia como era, jamás se sintió menos mujer por no cumplir con los estándares de la moda, tenía varios kilos de más.  Había dicho siempre que no le importaban,  pero ahora el conocerlo en vivo y en directo la llenaba de dudas.
No creía que se pudiera sentir de esa manera.
No creía que algún hombre la hiciera volver a sentir.