Alicia en ese momento estaba en medio de una clase intentando
que un grupo de adolescentes comprendiera la importancia histórica de la
revolución francesa.
Pero era inútil, ya
se estaba por dar por vencida, pero un par de ojos le llamaron la atención, uno
de ellos la escuchaba y le entendía y por ese valía la pena seguir.
Termino la clase, se
subió en su auto y se marchó a casa, no
tenía más trabajo por ese día y pretendía aprovechar ese tiempo.
Tan pronto llegó, su
madre la recibió con un café, charlaron sobre las cosas de
siempre, su hermano menor estaba saliendo con una chica que no le gustaba a
ella, y no sabía qué hacer, al parecer su hermano tenía un imán para las
mujeres con problemas, está era una jovencita que venía de miles de
dramas familiares y él se sentía como el salvador, pero ella sabía que no había
amor, su problema era que confundía lastima con amor.
La tranquilizo y le
prometió que hablaría con él.
Muchas de sus amigas
se reían de ella, tenía un buen trabajo y además un negocio prospero, podía de más
irse a vivir sola, pero no quería salir de esa casa, el sentirse necesitada a
su edad la hacía sentirse bien.
Fue hasta su
habitación y se cambió de ropa.
Luego se sentó
frente a su computadora y comenzó a trabajar.
Una luz parpadeo
desde un rincón de la pantalla y el cartel de “Clau inicia sesión” llamó su
atención, sonrío y comenzó a charlar con su amiga.
-Ali, sé que te parecerá loco pero tengo un amigo que quiere
conocerte,
Ella suspiro,
otra más.
-Clau no me digas que te metiste a casamentera
-No, yo jamás te diría algo así, pero es él me contó que te soñó.
-Esa es nueva, ¿Qué comió que termino soñando conmigo?
-Esa es nueva, ¿Qué comió que termino soñando conmigo?
-Déjame que te cuente.
La historia era
ridícula, un hombre a quien nunca había visto había soñado con ella, es más
sabia su nombre aun antes de que su amiga la nombrara, debía reconocerlo era un buen cuento.
La dejó detallar lo
bueno que era, el gran hombre que la había soñado. Lo único que podía pensar en
que esa sí que era una historia.
-Y ¿Qué quieres que haga?
-Ya sé que no te gusta este tipo de cosas, pero si permitieras
que le diera tu mail, él se pondría en contacto contigo. Y ¿Quién sabe?.
-Claudia agradezco tu intensión, pero en este momento no me
encuentro con ganas de conocer a nadie
-Bueno lo intente, algo es algo, yo le advertí que no ibas a
aceptar pero él parecía tan entusiasmado
-Ok, nos vemos.
Ja, ja, ja lo
que le faltaba que le buscaran un novio, ella ya no estaba para eso, su corazón
había sido roto una vez, no necesitaba recordar todo lo que le había costado
levantarse, como para otra vez caer por lo mismo.
Su madre se asomó y
la miro reír,
-¿Qué es lo gracioso?
Le contó en pocas
palabras la charla que mantuvo con su amiga, ella la miro un momento y le dijo
-¿Y porque no aceptaste?
-Oh mamá no me interesa conseguir marido, estoy cansada que
intenten emparejarme con el primer tipo que aparezca
-Ella solo quiere que contactes con él, no que te cases, por lo
menos dale la oportunidad de contarte su historia
La miro y no dijo
nada, ella sabía que su madre aún no había perdido la fe en que ella consiguiera,
al igual que su hermana, un esposo.
Cuando su madre se
fue se puso a recordar.
Hacia unos
años atrás creía que todo era posible, tenía a su lado un hombre
que juraba que ella era el cielo las estrellas y más, y le creyó al punto
de que cuando la dejo caer desde donde la tenía se estrelló y tardo en
levantarse, no cometería dos veces el mismo error.
Los días pasaron y
continúo con sus clases, continúo con su rutina, tenía ocupado cada momento de
su día, de esa manera no se notaba que estaba sola, era la forma en que ella se
engañaba, y creía que tenía una vida.
Hasta que nuevamente
una tarde, el cartelito de Clau inicia sesión, la saludo y al conectarse
pregunto por su familia, le comento de
su próximo viaje, era una de las ventajas de ser soltera le dijo burlonamente,
podía viajar y conocer otros países, acaso no envidiaban ellas ese privilegio
que le daba su soltería.
Hubiera dado todos
sus viajes por tener lo que ella tenía, ojo no envidiaba el esposo de su amiga,
anhelaba su propia familia.
-Sé que no te gusta esto, pero Gustavo insiste en que quiere
conocerte.
-¿Quién? - Pregunto sin entender nada
-Mi amigo, ese que dice que soñó contigo aun quiere tu mail, por favor hazlo por mí.
Algo en su interior
se revelo, no supo porque ni en qué momento se vio tecleando la palabra HAZLO
ENTRÉGALE MI MAIL.
Cuando quiso
rectificarlo ya era tarde porque su amiga le respondía.
-Gracias, ya mismo lo hago, te veo luego -Y
salió del chat.
No sabía porque
había hecho eso, quiso creer que fue inconscientemente, pero algo en su
interior le decía que eso no era verdad.
Y un sentimiento que
hace mucho no tenía invadió su corazón.
Era ilusión.