lunes, 1 de septiembre de 2014

LA MUJER DE MIS SUEÑOS -Parte 3

No sabía que hacer después de todo lo que le costó conseguir el mail de ella, ahora que, podía contactarla no le salía las palabras.
Cómo iniciar esa charla, que decir, ¿Le debía hablar del sueño? No definitivamente, no podía, si le contaba, algo en su interior le decía que nunca más sabría de ella.
Que nervios, tecleo la dirección y espero a que ella aceptara charlar con él.
A los pocos segundos vio el cartel, había sido aceptado como contacto.
Ella estaba en línea.
-Hola soy Gustavo amigo de Claudia quería conocerte
-Si ella me hablo de ti y me dijo que querías conocerme.
-Sera loco pero te vi y sentí que te conocía desde hace mucho
-Ella me dijo que soñaste conmigo- ¿Qué podía responder?-¿y qué soñaste?
No podía decirle la verdad porque inmediatamente le cortaría
-Ahh que bueno y ¿de qué?
-de cosas,... no lo recuerdo
Mentiroso desde que supo que ella existía no dejaba de soñarla y que sueños cada vez eran más reales, al punto que no quería conocerla porque tenía miedo de saltar sobre ella apenas la viera.
-Ahh y ¿cómo sabes que era yo?
-es que te veía a la cara y además te llamaba Alicia.
-Ahh.
-Por eso cuando Clau me contó que esa que salía en la foto era una mujer llamada Alicia, la volví loca por saber más de ti y poder ponernos en contacto.
-Ahh
-Sé que parece loco pero necesitaba contactarte, lo más probable es que no seas como soñé,  sino que todo es una ilusión, pero necesitaba saber que existías.
-Ok
Ella no lo ayudaba para nada,  no sabía que decir.
-¿Qué haces para ganarte la vida?
Por fin cambiaba de tema eso podía contestarlo
-Tengo una empresa de construcción estamos trabajando en el edificio del Hotel Se… que se inaugurara dentro de poco.
-Ahh que bueno y es muy complicado eso de construir
-No lo es para mí pero te lleva mucho tiempo y tú que haces.
-Soy profesora de Historia
-¿De historia?
-Sí, no me digas que no te gusta
-No era mi materia preferida, es mas no recuerdo nada de lo que aprendí
-Mmmmmm seguramente tus profesores se alegraran de eso
-Aunque si te hubiera tenido de profesora algo seguro recordaría
-Pero de que serviría, serias un alumno y seguramente me verías solo como tu profesora
-Tienes razón,  está bien que no haya sido tu alumno.
-jajaj
-Sería muy raro que me gustara mi profesora, además no me mirarías.
-Por supuesto que no, ahora lo siento pero debo irme. Hasta luego.
Corto.
Que estúpido se podría haber pateado por lo que dijo.
La próxima vez tendría más cuidado. Siempre y cuando hubiera una próxima vez.

Los días pasaron y recibió el llamado de su amiga.
-¿Alicia que sucedió con Gustavo?
-Nada ¿Por qué?
-Es que me dijo que habían estado conversando y que no lo habías vuelto a contactar
-Claudia estoy ocupada, sabes que  es época de pruebas, tengo mis alumnos querías que hablara con él,  lo hice ¿Ahora que más quieres?
-No te enojes, pero él se siente culpable por que tú no le contestas, yo no debería decírtelo pero está muy ilusionado contigo, él tuvo una mala experiencia hace años y estuvo mucho tiempo encerrado en sí mismo, solo trabaja y cuida a Daniela.
-¿Daniela?
-¿No te hablo de ella?
-No, ¿no sé quién es?
Su amiga titubeo antes de decirle.
-Su hija
¡¡¡Hija!!! ¿En qué se había metido? No podía ser, si tenía una hija seguramente había una esposa, ¿Qué clase de tipo era?
-No te equivoques él no es casado, es una larga historia, su novia quedo embarazada y apenas nació la nena la abandono y se fue nunca más supo de ella
-No sé para qué me dices  todo eso, que esperas que haga
-Nada pero quiero que entiendas que para él es difícil
-Para mí también lo es, no te puedo prometer nada pero...
-Solo quiero que lo escuches
-Ok,  lo llamaré
Se dirigió la computadora y tecleo rápidamente, él estaba en línea,  esperándola.
Eso la golpeo profundamente  desde hacía unos días que no quería entrar en el chat,  para no encontrarlo.
-Hola
-Hola Alicia que bueno que te encuentro
-¿Qué cuentas?
-Acá estaba esperando que pudieras conectarte
-¿Estás en tu trabajo?
-Estoy trabajando desde mi casa, hoy no pude ir a la obra.
Quería contarle que Dani estaba en cama con un poco de fiebre, que se había asustado cuando la vio enferma y que si bien el doctor  lo tranquilizo  diciéndole  que era normal a su edad que se enfermara, él sentía que su hija era la única que había tenido un resfrío en el mundo y no sabía qué hacer, quería compartirlo con ella, quería que le dijera que todo estaría bien. En ella esas palabras le traerían confianza, le traerían paz. Pero no lo hizo por alguna razón temía que al saber de su Dani ella lo rechazara.
- ¿Y eso?
-No siempre tengo que ir a la obra para trabajar
-Qué bueno, yo recién termine de dar  una clase y llegue muerta, quiero ver si voy a un gimnasio o algo por el estilo me gustaría aprender a bailar tango
-¿Y porque no lo haces?
-Por los horarios, doy clases en la noche y a veces llego muy cansada.
La charla que al principio fue un poco forzada se deslizo tranquilamente, conversaron de todo y de nada,  rieron un rato hasta que ella decidió que era mucho tiempo el que llevaban conectados y decidió cortar, le molesto que no mencionara a su hija.
Si era una amistad sería, él no tenía por qué esconder a su niña. Las viejas barreras se levantaron y salieron a relucir.
Él quedo frente a la pantalla en blanco y se sintió feliz, ella había abierto la puerta de su vida y le había mostrado que había una posibilidad de entrar.
La situación se repitió en diferentes ocasiones horarios y días, a veces duraban más, otros menos, dependiendo  del humor de ella.
Así pasaron dos meses y tras mucho insistir por parte de él acepto el conocerse en persona.
Ella estaba histérica, él la conocía por fotos y sabia como era, jamás se sintió menos mujer por no cumplir con los estándares de la moda, tenía varios kilos de más.  Había dicho siempre que no le importaban,  pero ahora el conocerlo en vivo y en directo la llenaba de dudas.
No creía que se pudiera sentir de esa manera.
No creía que algún hombre la hiciera volver a sentir.



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