viernes, 9 de mayo de 2014

ROMANCE DE OTOÑO

Hoy me colgué o me tilde, porque estaba frente al ordenador, recordando...
Vivo en una ciudad que atraviesa el Otoño, no sé como será el de ustedes, pero este lugar es mundialemente famoso por sus Otoños. (De paso hago promoción turística).
El clima de Mendoza en este tiempo es muy propicio para el romance,  caminar de la mano por las veredas tapizadas de hojas de color naranja o amarillas, sentarte en uno de los muchos lugares en que puedes hacerlo y tomar una copa de uno de los mejores vinos del mundo , o simplemente disfrutar la noche templada.
Es un lugar ideal para una primera o segunda luna de miel, propiamente dicha, si quieres hacer turismo es otra cosa, hay otro tipo de actividades.
Bueno hasta acá la promoción de Mendoza "Tierra del Sol y del buen vino"
Como les decía me colgué recordando.
Hace unos años atrás, en otra situación sentimental.
Un día como hoy me invitaron a pasear de la mano, por el parque, estábamos transitando los primeros meses de relación lo cual en muchos casos es sinónimo de ceguera.
Luego de los primeros 100 metros recorridos, en silencio... me comencé a preguntar, ¿Qué pasaba?¿Porqué el silencio?
Pero no por parte de él, sino de mi parte (Como habrán notado lo del silencio no es lo mío).
Algo en mi interior quería salir, y yo, como muchos me callaba.
Nada peor que estar en un ámbito de romance para darte cuenta cuando estas en uno que no lo es.
A medida que los metros se sumaban, entendí que ese período de ceguera, se había terminado  y que él y yo no teníamos nada en común.
No es que no hubiéramos pasado tiempo juntos, porque si lo habíamos hecho, siempre rodeados de amigos mutuos, de salidas al cine o fines de semana con amigos.
Ese era el problema, siempre rodeados de  personas, no nos dimos cuenta que los que nos unía era mas el grupo en sí, que lo que había entre los dos.
Cuando quedamos solos, no teníamos ningún tema de conversación, al punto que no sabía como decirle que si bien me gustaba pasear con de la mano, no quería hacerlo  con él.
Esa verdad me golpeó en la cara.
Y me hizo darme cuenta que sin importar sus esfuerzos, que eran muchos, o los míos que también estaban presentes, esa relación no podía continuar.
 Los que han vivido este tipo de situaciones sabrán que no es nada fácil, lo bueno en éste caso en particular, es que ambos nos dimos cuenta que no daba para mas.
Como les decía hoy recordaba, recordaba la primera vez que nos vimos y algo en mi interior hizo click.
Esa sensación de haber encontrado a tu alma gemela o tu media naranja.
No sé si él era mi alma melliza o mi medía mandarina, pero se acerco mucho a serlo.
Hoy sé que cuando eso suceda, cuando sea el verdadero, será mil veces mejor.


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